LA SERIE SISMICA
En concreto, desde el día 2 de diciembre de 2020, hasta la fecha (última semana de febrero),han sido registrados por la red sísmica nacional casi 2000 terremotos (concretamente 1910) en la zona de Atarfe-Santa Fe- Vegas del Genil. siendo 31 de ellos de magnitud superior a 3, destacando los ocurridos los días 23, 26 (3) y 28 de enero con magnitudes en la escala Richter de 4.4, 4.1, 4.2, 4.4 y 4.4 respectivamente e intensidad macrosísmica entre V y VI (escala macrosísmica EMS98). La Intensidad Macrosísmica es un parámetro que representa de forma global el movimiento del suelo debido a un terremoto en una localidad, a partir de los daños producidos y de los efectos en las personas y en los objetos. Intensidad V-VI significa que los terremotos han sido sentidos en el exterior y que han producido daños menores (no estructurales) en edificaciones como caída de objetos, falsos techos o azulejos, fisuras y grietas en la unión de los elementos estructurales (forjados, pilares, etc) con los paramentos interiores (paredes de ladrillo, bloques, muros, etc), grietas en los enlucidos de yeso y pinturas… (yo mismo he sido uno de los damnificados).
La profundidad media de los terremotos ha sido de 5.6 Km, localizándose el más profundo entorno a los 15 Kms y los más superficiales a 1 km, es decir, terremotos muy superficiales, lo que ha provocado que se hayan sentido con más intensidad y hayan producido más daño. A esto debemos añadir la composición de los materiales de relleno dela Vega de Granada y la altura del nivel freático para comprender por qué tantos terremotos de relativa baja magnitud han sido sentidos y han provocado tantos desperfectos en las viviendas de la zona.
¿A QUE SE DEBEN ESTOS TERREMOTOS?
Granada y gran parte de su Área Metropolitana, se encuentran sobre una de las mayores cuencas intramontañosas del Neógeno y Cuaternario de las Cordilleras Béticas (sur de España). La Cuenca de Granada experimenta una deformación activa a la que se asocia una actividad sísmica bastante superficial, de baja a moderada magnitud, aunque de forma ocasional con intensidad significativa. Todo ello, hacen de la provincia de Granada una de las regiones con mayor actividad y más peligrosidad sísmica de España, fruto de la convergencia entre la placa Africana y Euroasiática. Desde hace millones de años la placa tectónica africana y la ibérica chocan a una velocidad media de 5 mm/año, y cada cierto tiempo, como consecuencia de esa fricción, la energía acumulada escapa por la parte más frágil de la corteza terrestre. O sea, por las fallas.
El comportamiento de estas fallas viene condicionado por el tipo de material o roca sobre los que se desarrolla, así pues, en materiales que tienen un comportamiento plástico (arcillas, margas, yesos…), la deformación producida por el empuje es continua y no produce terremotos. Por el contrario, si afecta a rocas compactas, más o menos resistentes (calizas, dolomías, esquistos, etc) como las que existen alrededor de la Vega de Granada, las deformaciones producidas por el empuje tienden a acumularse y es cuando se producen los terremotos. A estas fallas las denominamos fallas sismogénicas.
Desde el punto de vista tectónico, las Cordilleras Béticas están actualmente sometidas a esfuerzos compresivos en dirección NO-SE a NNO-SSE junto con extensión en dirección NE-SO a ENE-OSO, ambos acomodados por pliegues y fallas activas. La vega de Granada, epicentro del enjambre sísmico que nos viene afectando desde hace mes y medio, está atravesada por un sistema de fallas normales paralelas (hasta 10 activas) generadas en el Cuaternario, con orientación NO-SE, y longitud entre 5 y 10 Kms, destacando por su actividad, las fallas de Atarfe (Sierra Elvira), Pinos Puente, Alitaje, Santa Fé, Pedro Ruiz y Alhendín-Belicena (base de datos QAFI del IGME).