INCENDIO DEL ALCORNOCAL DE LÚJAR , GRANADA
Resumen elaborado por Victor Fernández Pasquier, Biólogo.
Ocurrido del 8 de Julio de 2015, afectando a unas 2.000Ha de los T.M. de Lújar y Gualchos en su mayor parte y en menor medida a Órgiva, Rubite, Motril, y Vélez Benaudalla. Éstos últimos en menos de 50Ha/municipio.
HECHOS
En este caso se ha quemado una superficie de unas 2.000 Ha. Unas 320 Ha aproximadamente eran un monte muy empinado, de alcornocal, en su totalidad en término de Lújar, y perteneciente a cuatro fincas de propiedad privada. Otras 700Ha eran matorrales mediterráneos de aulagas, romero y retamas espesos y no pastoreados en la cara Sureste de Sierra de Lújar, sierra caliza de muy fuerte pendiente solo accesible a las cabras monteses y poblada de encinares de ladera - salpicados de viejos enebros. – otras 90 Ha. quemadas-. Y en las cotas más bajas el incendio ha afectado unas 920 Ha de matorrales entremezclados con zonas agrícolas donde se han dañado almendros, olivos, viñas, pastos, e invernaderos de cultivos hortícolas.
Por una parte se han quemado varias fincas que unidas formaban un alcornocal con pinar que hasta hace poco era en su totalidad accesible por pistas abiertas al público y muy visitado por senderistas, colegios y naturalistas. Este alcornocal estaba formado en su mayor parte por arbolado viejo, y por arbolado en producción que se descorchó en 2012. Estaba cubierto totalmente de espeso matorral mediterráneo formado por Brezos, Lentiscos, Encinas, Aladiernos, Olivillas, Enebros, Jaras, Retamas, etc. y colonizado en los últimos 50 años por unas crecientes manchas de Pino Carrasco.
La relevancia del valor ecológico de este alcornocal puede indicarla el que en 2006 el Ayuntamiento de Motril editó un libro-guía donde se muestran los valores ecológicos, la diversidad de especies, los valores etnográficos ligados a su historia, y los senderos más importantes para visitarlo. Asimismo se desarrolló una semana de Jornadas Ambientales, en Motril, con charlas de científicos y naturalistas más relevantes y conocedores de los diferentes valores del Alcornocal.
EL INCENDIO
Al parecer, de acuerdo con las Diligencias Previas (992/2015) presentadas por la Guardia Civil y el SEPRONA que consta en el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 2 de Motril, el incendio surgió en el propio Alcornocal por el contacto de una línea eléctrica de Media Tensión ( 20.000 voltios) con la copa de varios pinos que crecían inmediatamente debajo. Dado que en esos días nos encontrábamos en el final de una ola de calor y las condiciones ambientales eran muy desfavorables el incendio se propagó a gran velocidad arrasando el Alcornocal entre las 10 de la mañana y las primeras horas de la tarde en que comenzó a trabajar un hidroavión (14:00 h). De hecho cuando llegó el segundo hidroavión que según observaciones propias cargó en el puerto de Motril hacia las 6 de la tarde el Alcornocal llevaba ya horas calcinado. La existencia de núcleos de población, Lújar, numerosos cortijos y explotaciones ganaderas y agrícolas hizo muy complicado el trabajo de control del incendio obligando a dispersar los medios de lucha contra el mismo.
CONSECUENCIAS
Dada la espesura del monte, impenetrable salvo por las pistas y las trochas que solamente se despejan cada 9 años para hacer el descorche, y las numerosas manchas de Pino carrasco que se han ido formando con los años, el incendio fue de gran intensidad dejando toda la vegetación calcinada y llegando incluso a producir reventones de grandes rocas bajo tierra como se muestra en el anexo. En suma, la vegetación resultó totalmente arrasada.
Se da la circunstancia de que los alcornoques se descorcharon en Julio de 2012 y por lo tanto apenas habían producido un centímetro de grosor de corcho que es su defensa contra el fuego. Esto hizo que los árboles no gozaran de su cubierta protectora que los hace resistir a los incendios y que hayan sufrido daños irreparables en los tejidos de crecimiento que están inmediatamente debajo del corcho.
Siendo esto grave existe un factor ambiental que hace que las consecuencias del incendio puedan ser mucho más graves que la pérdida inmediata de toda la vegetación y de su capacidad productiva de corcho, y es que todo el Alcornocal está asentado sobre dos laderas que forman un ángulo recto y toda su superficie tiene pendientes que van del 30% al 80%. Hablamos por tanto de unas laderas muy difíciles de transitar y con un altísimo riesgo de erosión. De hecho, como se muestra en el anexo, la primera lluvia que dejó 27 l/m2 en Lújar, ha producido ya serios daños en el suelo por lavado de cenizas, erosión generalizada de los horizontes superficiales del suelo y arrastre y acumulación
de semillas, dejando las raíces de los arbustos al aire, y dando lugar a la formación de cárcavas y depósitos de derrubios donde las pistas han dirigido el agua torrencial.
REGENERACIÓN
Como otros montes de vegetación mediterránea, ecológicamente adaptados a los periódicos incendios, este monte ya ha comenzado a rebrotar. Se pueden ver algunos alcornoques con brotes de copa en los bordes de las pistas y la carretera que lo cruzan así como en claros de bosque donde por no haber pinos o matorral espeso el poder calorífico fué mucho menor que en el resto. Asimismo el matorral de Brezos, Lentiscos, Olivillas, Aladiernos, y otros ya han comenzado a brotar de cepa y los palmitos de sus yemas altas.
Los viejos alcornoques que tenían ya más de tres o cuatro descorches en sus troncos y por tanto tenían zonas dañadas o muertas por su edad y por los descorches se han consumido en su totalidad quedando solo un agujero en el suelo y una mancha de ceniza blanca donde estuvieron. Y más del 80% de los alcornoques en producción, fustales, con troncos de 30 a 60 cm de diámetro han quedado anillados, con el corcho quemado y separado de los tejidos vivos. La práctica totalidad de estos alcornoques no podrán brotar de copa y será necesario talarlos a ras de suelo para provocar que broten de cepa que es la única forma de recuperarlos a medio plazo.
RESTAURACIÓN
Entendemos que dado el altísimo riesgo de erosión que tienen estas laderas se debieran acometer de manera urgente labores forestales para evitar el arrastre y la degradación inmediata del suelo desprotegido. Existen numerosos antecedentes en los que se ha demostrado que la construcción de fajinas (pequeñas “terrazas” construidas con dos troncos finos de pino en dirección perpendicular a la máxima pendiente) en las laderas ha conseguido reducir la erosión a niveles mínimos mientras se desarrolla el matorral que favorecerá la retención del agua de lluvia y reducirá los arrastres. Caso contrario el suelo fértil, donde está el banco de semillas, que debe permitir el desarrollo del matorral y el horizonte superficial del mismo acabará arrastrado hasta los barrancos que lo llevarán a las ramblas causando daños aguas abajo. Debemos acometer los problemas de erosión en origen, en las laderas peladas donde se origina antes de que el suelo sea arrastrado a los barrancos dejando la roca desnuda a la vista.
Asimismo será necesario acometer labores forestales de eliminación de la vegetación quemada, talando los pinos -que no pueden rebrotar-, talando de cepa en invierno los alcornoques anillados, sacando estas leñas en los lugares que sea posible y sin provocar daños al suelo, cortando los restos quemados del matorral, dejando in situ todas las astillas y vegetación picada cubriendo el suelo para protegerlo de la erosión donde pueda acceder la picadora de leñas, y en última instancia plantando nuevos alcornoques allí donde no haya brotes de cepa.
Los actuales propietarios de las fincas no tienen capacidad económica para afrontar estas labores y sería de desear que la Administración Ambiental competente destine fondos específicos para comenzar a hacerlas con la urgencia que requiere.
Es de resaltar que no solo se han quemado unas fincas forestales de propiedad privada sino un patrimonio natural común de gran valor ecológico, –visitado por miles de personas- y que requiere de medidas urgentes para que algún día pueda volver a ser algo parecido a lo que fue hasta el día del incendio.
22 Septiembre 2015
Victor Fernández Pasquier
Biólogo