La culebra de herradura es una serpiente de tamaño medio hasta los 1,7 m, aunque lo normal, en los adultos, son longitudes comprendidas entre los 0,3 y 1,4 m; la media está entorno a los 0,8 m. Cuerpo delgado y con la cola relativamente larga, pues representa cerca del 25% de la longitud total.

Posee un diseño característico formado por una serie de manchas pardo oscuras en posición dorsal y medio dorsal, con forma subcircular, más o menos redondeadas, muchas veces romboidales, cercadas por escamas de tonos blanco amarillentas. La extensión de las manchas es decreciente hacia la cola, en donde las manchas dorsales y laterales confluyen en tres bandas continuas.

En la cabeza destaca una mancha oscura, a la que debe el nombre popular, en forma de herradura a la altura de las placas parietales. En los ejemplares más jóvenes estas manchas están más definidas que en los adultos viejos, que presentan un oscurecimiento generalizado. La cabeza es algo deprimida y claramente ovalada en vista dorsal.

Otra característica definitoria es la presencia de una hilera de escamas que separa el ojo de las escamas supralabiales. Ojos grandes con pupila redonda e iris marrón claro o amarillento, con sombreado negro.

Área ventral con tono blanquecino, amarillento, rosáceo o más frecuentemente anaranjado, con manchas negras en los bordes y a veces, en el centro.

No existe, como ocurre en otros ofidios, dimorfismo sexual, en cuanto a la diferencia de tamaño entre hembras y machos. Estos últimos poseen un tamaño ligeramente mayor de la cola y cabeza.

Especie claramente termófila y rupícola. Puede observarse en un amplio espectro de hábitats: herbazales, prados, bosques de galería, encinares, áreas de matorral y arbustedas. Muy frecuente en entornos antropizados: terrenos cultivados, barbechos, especialmente en ruinas y construcciones humanas como muros de mampostería. Desde el nivel de mar hasta los 1.850 msnm.

Se alimenta casi exclusivamente de vertebrados, entre los que destacan los micromamíferos como ratones, topos y ratas. En segundo lugar destacan otros reptiles, especialmente lacértidos, completándose la dieta con aves e invertebrados. En general se denota un aumento del consumo de micromamíferos y un descenso de reptiles conforme aumenta el tamaño de la culebra de herradura. La dieta es representativa de sus habilidades trepadoras y hábitos rupícolas, ya que alcanzan presas que no están al alcance de otros ofidios ibéricos, como la salamanquesa común y la salamanquesa rosada. También es posible verla trepando árboles y arbustos, en busca de nidos de aves.

Es un colúbrido muy frecuente en núcleos habitados por el hombre, tanto en áreas rurales como urbanas. En la costa pueden observarse ejemplares activos durante todo el año, abandonando sus refugios en días favorables en los días invernales. Más al interior no sale del letargo hasta el mes de Marzo o Abril y muestra su máxima actividad en los meses de Mayo y Junio. Existe un letargo estival, pero mucho menos marcado que en otros ofidios, ya que esta es una especie muy termófila. Su actividad decae a partir de Noviembre, mes en que inicia su hibernación. La culebra de herradura es de hábitos claramente diurnos, aunque también se encuentran activos durante las noches más calurosas del verano.

La madurez sexual se alcanza a los 0,5 y 0,7 m (sin contar con la cola) en los machos y hembras, respectivamente. La cópula se produce durante el mes de Mayo e inicio del de Junio. La puesta se produce al menos pasados 28 días después de la cópula, normalmente en el mes de Junio. Se coloca en lugares húmedos y soleados, bajo grandes piedras, bloques de hormigón, troncos, galerías de roedores abandonadas, etc. La puesta consta de entre 3 y 10 huevos, dependiendo del tamaño de la hembra, con un tamaño de unos 65 mm y estan adheridos parcialmente entre ellos. La incubación dura unas 6-8 semanas, por lo que los nacimientos de producen desde mediados de Agosto hasta Septiembre.

Como mecanismo de defensa usan la huída rápida y ágil, tanto en sustratos verticales como horizontales. Cuando se acorralada se enrosca, ensancha la cabeza, silva e intenta morder, pues es bastante agresiva. También puede usar su cola a modo de látigo.

Es una especie muy frecuente en toda la provincia, especialmente en la costa y áreas rurales del interior.