La ardilla roja o Sciurus vulgaris, es un mamífero de pequeño tamaño. El cuerpo mide entre 19 y 30 cm y el de la cola es de 15 a 25 cm. El peso es variable según las subespecies descritas, desde l50 a los 500gr. No existe un dimorfismo sexual evidente, salvo que se pueda hacer un reconocimiento "en la mano".

El color del pelaje es muy variable aunque predominan los tonos rojizos, pardos y grises. En un mismo individuo puede variar a lo largo del año, siendo de color más oscuro en invierno. Sin embargo la característica que nos indica la estacionalidad es la presencia de pinceles auriculares (largos y abundantes pelos sobre los lóbulos de las orejas) en los meses de rigor invernal, desapareciendo estos durante el verano.

Destacable es su cola, con aspecto esponjoso. Este es un elemento imprescindible en la movilidad y alimentación de la ardilla, ya que le permite mantener el equilibrio durante los saltos y ágiles paseos por las ramas más endebles de los pinos. También es usada como punto de apoyo cuando permanece erguida sobre el suelo o una rama.

En el extremo de los dedos poseen unas afiladas y fuertes uñas, lo que le permite realizar rápidas subidas y bajadas por los troncos de los árboles.

Posee unos fuertes y largos incisivos superiores, lo que unido a la agilidad de sus patas anteriores, le permite limpiar de semillas  (piñones) a una piña en unos 3 minutos.

Se trata de un mamífero de amplia distribución, siendo la especie de ardilla más extendida en los bosques europeos. Se distribuye por buena parte de Eurasia. En la Península Ibérica se reconocen seis subespecies (en Europa unas 40) de ardilla roja, en Granada estaría presente:

La ardilla roja vive, se desarrolla y reproduce en los bosques de pinos, en menor medida de frondosas, y hábitats de transición ligados a estos, como: orlas espinosas, prados y herbazales (en áreas de calveros). Otra condición indispensable es la existencia de un flujo de agua permanente: río, arroyo, manantial, etc. Desde el nivel del mar hasta 2.150 msnm, en Sierra Nevada está su techo en la Península Ibérica.

Son animales fácilmente asustadizos en ambientes naturales. En áreas antropizadas como parques, jardines y áreas de recreo se muestran sociables y aceptan la presencia humana, en especial cuando se les suministra alimentos, por lo que es un animal muy querido y popular. En los lugares donde no está habituada a la presencia humana huirá rápidamente trepando por el tronco del árbol más cercano, sin embrago cuando se considere a salvo no dudará en observar, con cierta curiosidad al intruso.

Su alimentación es básica es de frutos secos, especialmente de piñones. Otras aportaciones a la dieta son líquenes, brotes frescos de plantas, frutos carnosos, setas e incluso huevos de aves. No duda en bajar de los árboles, siempre mirando hacia abajo, para buscar o tomar alimento.

La época de celo puede producirse a finales de invierno y verano. Los machos alcanzan la madurez sexual a los 6 u 11 meses y entre 10 y 12 en el caso de las hembras. Los machos son territoriales, estableciendo un área de 200-300m de radio, dentro del cual habilitará uno o más nidos. Uno será usado para la cría y los demás como refugios o despensas (en especial las conocidas como despensas de setas). Los nidos se construyen en las horquillas de los árboles. De aspecto esférico con unos 20-30cm de diámetro. Están compuestos por ramas en la parte externa y forrado por musgos, hojas e hierbas secas. Los machos detectan el celo de las hembras mediante el olor. El macho dominante se unirá primero, sin embargo machos y hembras se aparearán con diversos compañeros. A lo largo de la temporada. Las hembras pueden parir dos veces al año, salvo en el primer año de madurez sexual, que lo hará sólo una vez. Las camadas son de 3 o 4 cachorros, excepcionalmente 6. Estos nacen completamente desvalidos, ciegos y sordos y pesando unos 10-15gr. A las 3 semanas se cubren de pelo y a la siguiente abrirán los ojos y comenzarán a oír. A los 42 días desarrollan los dientes, el destete se produce a las 8-10 semanas. El grado de supervivencia de la nueva generación es muy baja, entorno al 20% y está especialmente influida por la presencia de suficientes semillas para pasar el rigor del invierno. La expectativa de vida es de un promedio de 3 años. El libertad pueden llegar a los 7 años y en cautividad hasta los 10.

Es una especie bien representada en algunas sierras de la provincia y áreas boscosas de media montaña: