Variedad Ojo de Tigre  en forma de lo que se conoce como "rodado", donde se puede apreciar claramente el aspecto fibroso y los destellos característicos que lo asemejan al ojo de un tigre.

Variedades / Subespecies

El Ojo de tigre, el ojo de gato y el ojo de halcón son unas variedades un tanto peculiares del cuarzo, ya que se forman por pseudomorfismo de minerales del tipo asbestos, como la riebeckita o crocidolita, conservando su estructura fibrosa.
El cuarzo, como forma microcristalina, presenta las siguientes variedades ( atendiendo al color fundamentalmente):

El Ojo de tigre presenta la siguiente composición (peso molecular de la fórmula empírica dividido por las sumas de los pesos atómicos de cada elemento para obtener el porcentaje de cada uno de ellos):

A pesar de su aspecto amorfo, es una variedad  que aparece cristalizada. En este caso el cuarzo tiene un aspeto fibroso  puesto que ha reemplazado a otro mineral (pseudomorfismo) como la crocidolita.

Mineral no exfoliable, de fractura concoidea, y de gran variedad de tonalidades. Formas transparentes a traslúcidas.
El color del cuarzo se debe a la presencia en su estructura de lo que llamamos impurezas, aunque estás se encuentran en muy pequeñas cantidades. Asi, los siguientes elementos originan los siguientes colores: lechoso=gotas gaseosas; rosado= manganeso; Ahumado= radioactividad natural; Citrino= hierro coloidal; Amatista=óxido de hierro, etc.
En el caso que nos ocupa, el color pardo amarillento del mineral, proviene de la oxidación del hierro que contiene la crocidolita o riebeckita en el mismo yaciminto en que se originó.

El cuarzo es un mineral tan común, que resulta practicamente imposible enumerar la multitud de localidades y yacimientos en los que se encuentra. Sólo comentar que magníficos ejemplares se pueden encontrar a lo largo de toda Sierra Nevada y en Motril.

El cuarzo, en general, es un mineral de gran importancia económica puesto que tiene un sinfín de aplicaciones. Debido a sus propiedades piezoeléctricas, se utiliza en relojería, para fabricar manómetros de gran precisión, o para estabilizadores de ondas. También se utiliza para la producción de vidrios, esmaltes, porcelanas, como material abrasivo, para producir hormigones, cementos, etc.

En el caso concreto de las variedades fibrosas  su uso es casi exclusivo en joyeria, como piedra tallada que es empleada para la confección de todo tipo de amuletos, joyas y avalorios.