Nació en Loja el 5 de Agosto de 1800.
Militar y político liberal/moderado, fue 7 veces Presidente del Consejo de Ministros durante el reinado de
Isabel II, entre 1844 y 1868.
Ingresa en el ejército en 1815. Posteriormente participa activamente contra la implantación del régimen absolutista del Rey Felipe VII, en 1822 y es apresado, permaneciendo en Francia hasta el año 1824. Rechaza cualquier cargo durante el reinado de Felipe VII, sin embargo ingresa de nuevo en el ejército en 1835, al lado de los isabelinos. Tras una carrera militar breve, debida a su brillante actuación en las batallas de Mendigorría (1835) y Arlabán, en que vence a los Carlistas, alcanza el grado de Brigadier. En 1837, se le encomienda la expulsión y derrota de los carlistas en Andalucía y la Mancha. En 1838 le es concedido el grado de Mariscal de Campo y logra su primer cargo político: Diputado de las Cortes.
En otoño de 1838 es perseguido por los progresistas encabezados por el general Espartero, lo que obliga a su exilio. En 1843 regresa vía Valencia y derrota en Torrejón de Ardóz a los esparteristas, por lo que es ascendido a Teniente General. Isabel II, en mayo de 1844, encarga, por fin, a Narváez la jefatura del Gabinete, reservándose el general la cartera de Guerra. Gobierna durante dos años, en los que promulgaría la Constitución de 1845.
Durante seis ocasiones más ocupará la jefatura del Gobierno, hasta su muerte el 23 de Abril de 1868. Cinco meses después se producirá la sublevación que provocará la caída de la monarquía constitucional de Isabel II.
Un destello de la personalidad de este gran personaje puede desprenderse de las palabras de su compañero de armas y política, Fernando Fernández de Córdoba:
"Narváez tenía una especial actitud para presidir los Consejos de Ministros, manteniendo en ellos una especie de solemnidad grave...Algunas veces su naturaleza de andaluz predominaba en él, y sin poderlo remediar lanzaba un chiste o una frase ingeniosa..., más elocuente y más decisiva en ocasiones que el mejor discurso...D. Ramón Narváez...era, no obstante, suspicaz y desconfiado hasta un punto que no podré nunca suficientemente expresar."