Dentro de la variedad de colores de la familia Fringílidos, el jilguero es de los más llamativos.

Pequeño, unos 12 cm. de longitud, muy coloreado. Ambos sexos muestran mancha roja que ocupa la desde el pico hasta el ojo, que en el caso de los machos lo sobrepasa ligeramente.

Mejilla blanca y píleo y nuca negros.

Alas de fondo negro con una amplia banda longitudinal amarilla.

Dorso pardo, obispillo blanco y cola negra.

Pico de color marfil, muy agudo en su punta.

Ocupa toda Europa salvo el norte de Escandinavia.

Migrador parcial, durante el invierno las poblaciones norteñas buscan latitudes más meridionales.

Las poblaciones de la Península Ibérica se comportan como sedentarias, aunque aumentan los efectivos por recibir aves invernantes.

Muy versátil, desde páramos con cierta cobertura vegetal y donde abunden los cardos (compuestas) hasta campiñas, frutales, sotos y huertas.

Frecuentemente nidifica en jardines urbanos.

Vuelo característico, muy ondulado por el batido discontinuo de las alas.

Canto de timbre metálico, muy fácil de identificar.

Come posado sobre las cabezuelas de los cardos mientras va extrayendo las semillas con su agudo pico.

Captura insectos durante la época de cría para cebar a sus pollos.

Nidifica sobre árboles de mediano tamaño, muy a menudo frutales, construyendo el nido cerca del extremo de una rama.